Usando la misma estrategia a la hora de afrontar el diseño de la reforma de una vivienda construida en los 80, analizamos las formas existentes y proponemos una reinterpretación depurada y moderna de lo ya existente.
El porche de entrada en desuso, se convierte en entrada y parte del salón de la propuesta. Se mantienen los mismos vuelos parte de la cubierta plana existente.
En el interior, se busca que la cocina se abra al salón-comedor, convirtiéndose en un sólo espacio diáfano. El comedor se ubica dentro de la propuesta donde previamente estaba la cocina, quedando conectado pero algo independiente de la cocina y el salón.
Se tiene especial cuidado en un diseño más ergonómico y actual de los baños.